domingo, 21 de diciembre de 2008

Sueño 21/12/08

Por fin, ya era demasiado tiempo sin soñar, o teniendo sueños demasiado triviales o no recordándolos bien. Pero bueno, ya se sabe, uno no elige cuando soñar. Prometo soñar mas xDDD.

Todo comienza yendo por el campo con mi mejor amigo. Era campo de encinas y alcornoques, una típica dehesa extremeña. Supuestamente mi amigo y yo íbamos en busca de un cazador furtivo que rondaba por la zona y mientras mi amigo iba con ropa y equipamiento muy cómodo para andar, yo iba todo lo contrario ya que llevaba una mascarilla en la boca, un gran abrigo, unos prismáticos colgados y una mochila con una olla a presión con pan rayado dentro (mas polvo). Por fin llegamos al lugar que teníamos como objetivo, y ya tomamos mas precauciones, andábamos con cuidado y continuamente observaba con los prismáticos. La dehesa terminaba y llegamos a un acantilado que daba al rio Tajo, y, de lejos, veíamos al cazador furtivos que íbamos buscando.
Mi amigo se tiró al agua, y me agarró para que yo también fuese, pero cuando estaba nadando sentía un gran agobio, ya que como llevaba tanto peso me costaba mucho nadar y temía ahogarme. Desde el agua el paisaje parecía otro, había enormes montes de arena y piedra que salían del agua como un iceberg y a los cuales, la base no se las veía ya que se perdían en las profundidaes, y todo hay que decirlo, el agua era muy muy clara.

De repente, sin saber como, aparecimos en una casa, la supuesta casa del cazador furtivo, y vaya sorpresa, que aquel hombre era padre de un amigo mío del pueblo. En la sala, un poco pequeña, sucia y raída, estaba la madre de mi amigo, mi amigo y una chica que es amiga mía. Todos nos miraban con sonrisas, y nos sentamos a la mesa con ellos. Yo saqué de mi mochila la olla y eché el pan rayado sobre la mesa para cambiarlo de recipiente, ya que allí ya no cabía bien. Entretanto hubo varias conversaciones, de las cuales no me acuerdo bien, pero el caso es que al final volví a meter el pan rayado en la olla que lo había traído y me fui de la casa.

Ahora sin saber cómo ni porqué, aparezco con mi madre. Íbamos por un camino que venía del campo, y se dirigía a una ciudad, muy muy sucia y destartalada. Dimos una vuelta por la zona, y acabamos entrando en un bar, un bar muy sucio, lleno de hombres con pestazo a alcohol. Era un lugar en el que la gente estaba muy aglomerada y había movimiento continuamente.
Como veía que la mujer que había tras la barra estaba muy agobiada y no daba abasto, le dije que yo buscaba trabajo y podría ayudarla en el bar. No me contestó, creo que ni siquiera me miró, y, a pesar de mis insistencias con ayudarla pasaba completamente de mí y pedía ayuda a la gente que había a mi alrededor. Estaba a punto de salir del bar en el momento en el que entró una fila de hombres llevando en el hombro una larga fila de depósitos de retretes encadenados que hacían la forma de un gusano y los metieron en la cocina... Salí del bar y me senté en un banco a esperar a mi madre, en ese momento, en el segundo piso del edificio en el que estaba el bar, se abrió una ventana y un chico joven se tiró de allí, estampándose contra el suelo. Seguía observando a mi madre que seguía en el bar, y estaba viendo como un hombre viejo, borracho, muy desagradable, estaba tirando los tejos a mi madre y no la dejaba en paz... yo pensando, a ver si viene ya ella para la calle. Justo en ese momento una pareja de chicos jóvenes atravesaban la calle y al pasar cerca un coche no se que pasó y quedó la pierna de la chica amputada, por un lado la pierna y por otro el cuerpo vivo de ella, me acerqué corriendo a la pareja, le pregunté que si llamaba a la policía y me djieron que no hacía falta, realmente lo que estaba al otro lado no era la pierna sino la bota que se le había salido.
Ya no aguantaba más, fui a por mi madre al bar, la agarré del brazo y la saqué de allí, no sin antes dedicarle unas palabras al hombre que la acosaba. Nos fuimos y al doblar la esquina echamos a correr, sabíamos que aquella zona era zona de pandilleros y que el hombre del bar nos perseguiría. Nos encontramos a mas gente de "nuestro bando" que corría en el mismo sentido que mi madre y yo, asique nos unimos a ellos. Se acercaban peligrosamente, entonces dije a mi madre que siguiese corriendo mientras yo me escondía en una calle contigua para cerrar por la espalda a nuestros perseguidores y tenderles una emboscada. No recuerdo que pasó con dos de ellos, eran unos chavales que iban armados con lanzas muy afiladas de madera, ellos dos retrocedieron, y quedaba otro mas adelante, fui hacia él y me llevé una sorpresa al ver que era un niño de corta edad, le asusté, cogí su lanza y se la tiré hacia atrás para evitar que al darle yo la espalda me atacase, pasó el peligro. Por fin escuché tambores, veía luz y se olía en el ambiente mucha fiesta, eran las personas que pertenecían al mismo campamento que yo, era menos cochambroso que el resto de la ciudad. Le comente lo que había sucedido, entonces dijeron que muy bien, que la pandilla de los niños sería aliada nuestra, y nos ayudarían pero decían que no sabían hacer nada asique nos servirían para que nos trajesen materiales, los escombros y la chatarra, para construir un campamento mas grande. Fin de sueño.

sábado, 6 de diciembre de 2008

Sueño 06/12/08 Los olivos

Esta vez soñé que estaba en mi pueblo, como viene a ser habitual. No se porque, algo me decía que tenía que atreverme a dar una vuelta por los alrededores del pueblo, en los cuales había campos de olivos. Algo interior hacía que tuviese mucho miedo, pero al final, con una fuerte convicción me atreví a salir a estos campos. De lo que realmente tenía miedo era de que se me hiciese de noche.
Estaba empezando a anochecer, y el pánico empezó a apoderarse de mí, así que, comencé a correr como un desesperado, pero... como iba a demostrar que había estado allí?... algo me decía que tenía que coger dos aceitunas de algún olivo.
En media carrera, salté hacia un olivo y cogí cuatro aceitunas. La noche estaba mucho mas cerca, y yo cada vez mas desesperado, encimá notaba que algo me estaba persiguiendo mas atrás.
Llegué a una cuesta abajo, con mucha pendiente, y comencé a deslizarme agarrado a unas barras de metal que había al lado del camino. Cuando iba bajando, el roce de mi mano con esas barras iba haciendo distintas notas musicales.

Por fin llegué al suelo, y me encuentro a una pareja jugando al billar en una mesa de billar que estaba en medio de la calle. Estoy observandoles, cuando se empieza a acercar a la mesa una cara conocida. Me quedé perplejo, porque esta persona murió hace algo mas de un año. Se acercó a la mesa y me miraba sonriendo, iba con otros dos hombres bajitos, vestidos de negro, detrás. Mi madre y mi padre estaban por allí, y veían que estaba mirando a un sitio pasmado y además hablaba solo.

La mesa de billar desapareció, aquel hombre se acercó a mis padres y a un hombre que había al lado de ellos (el cual no se quien es). Mis padres por fin veían a la persona muerta que yo estaba viendo, y éste empezó a hablarles. Entonces le hizo una pregunta a mis padres, - ¿Quereis que os toque la lotería?, si, así de absurdo era, xD... y rápidamente, el hombre que había al lado de mis padres, que no pintaba nada dijo... ¡Gracias!, y desapareció corriendo.

Respecto a lo anterior, mis padres no dijeron nada, estaban muy sorprendidos con lo que estaban viendo. Entonces les di a mis padres una aceituna a cada uno y se las comieron. Otra de las aceitunas se la di a la persona que supuestamente era etérea, pero claro, es lo que tiene ser etéreo, le atravesaba la mano y se caía al suelo. Al final, la persona fallecida me regalaba una sonrisa y desaparecía. Yo me quedaba con una aceituna aplastada en la mano. Fin de sueño