viernes, 10 de febrero de 2012

Sueño 10/02/2012 "En otro lugar"

No es que no haya soñado desde el último sueño que publiqué, he soñado prácticamente todos los días y además he recordado los sueños. No lo íntegros que me hubiese gustado recordarlos ni lo extraños que también suelen rondar por mi cabeza, además tenían demasiada información de mi situación actual, por eso no los escribí. 

Voy con el de hoy. 

Todo comienza en un salón y un mando de una videoconsola. Estaba jugando a un videojuego en el que pilotabas una nave espacial. Tenías que ir esquivando asteroides y destruyendo otras naves. Llegaba un punto en el que te acercabas muchísimo a la superficie de un planeta desolado con altas torres, como chimeneas pinchudas, salteadas cada ciertos km. No había vegetación, solo rocas, tierra y aparentemente había muy poca vida o ninguna, a excepción de los que debían ser lo dueños de esas chimeneas.

De repente la nave que manejaba intentó entrar por una de las chimeneas, y dentro de ella desapareció. 

Ahora aparecía en el sueño y es como si despertase, ya no jugaba a un videojuego. Estaba en una cabaña con 4 o 5 personas más, tanto chicos como chicas, a los cuales no conocía a ninguno. Era una pequeña casita de madera, llena de suciedad, sin muebles; estaba abandonada y nosotros nos habíamos metido ahí para refugiarnos de algo, todavía no sabía el qué. 

Decidimos salir de la casa, a ver si podíamos hacer algo para solucionar la situación. Abrieron la puerta y alguna ventana para mirar si había algún peligro y comenzamos a salir. Íbamos en fila y yo iba el último y cuando casi estábamos todos fuera un grandísimo resplandor amarillento y radiactivo llegó a nosotros. Entramos corriendo en la casa de nuevo y nos tumbamos en el suelo. Como la ventana estaba abierta a algunos compañeros les siguió dando la luz en la cara sobre todo viendo como en sus pieles comenzaban a salir pecas y quemaduras. Era horrible. 

Comenzamos a hablar de dónde estábamos y qué eran las chimeneas. Al parecer esas chimeneas en el fondo eran cárceles. El problema es que hacían cosas horrorosas y a los que intentaban escaparse o eran más rebeldes, una de dos: o los mataban y troceaban, o esos trozos se los daban de comer crudos a los demás rebeldes. Realmente conocer eso me había trastornado. 

Al cabo de rato todos mis compañeros salieron de la casa, yo me quedé en el interior porque no sabía qué hacer. Decidí salir y los vi a todos intentando esconderse en otra casa, y detrás de las rocas y los árboles (era un escenario completamente distinto al del videojuego). Yo me quedé parado en la puerta de la casa y vi que un grupo de hombres armados se acercaban a mí. No corrí, no hice nada ya que no quería provocar nada y me disparasen. 

Cuando se me acercaron me pidieron identificación, ¿cómo podía identificarme? entonces me extendió su dedo índice y puse la yema mi dedo índice de la mano derecha junto a la suya. Me miró, con expresión neutral y llamó a un superior, el cual me volvió a hacer la misma prueba del dedo. Me dijeron que les acompañase.

Caminamos muchísimo tiempo, veíamos el paisaje verde, con gran cantidad de árboles, altas montañas pero todo muy extraño, todo muy artificial y forzado. Entonces pregunté dónde estábamos, y por lo visto estábamos en otro planeta que había sido modificado para que pudiésemos vivir allí. Al final, entre charla y charla llegamos a un pueblo con casas altas. Me iba a hacer un juicio y yo no sabía porqué, no había hecho nada. Empecé a aterrorizarme mientras esperaba al juez. Pensaba en que sería horrible que me hiciesen comer a un humano, prefería incluso la muerte. 

Cuando por fin entró el juez me había orinado encima del miedo y tuve que salir a lavarme. Volví a la sala y escuchamos un bullicio en la calle. Los hombres que me habían traído salieron a la calle, al parecer habían sacado de la cárcel y una muerte segura a un héroe civil y la gente lo aclamaba. 

En estos momentos de confusión aproveché y me escapé antes de que me ajusticiaran. Fui por la ciudad, disimulando y escondiéndome a partes iguales. Nadie me perseguía y me colé en un gran edificio. Era un almacén y me hice pasar por un trabajador más. Recogí comida ya que estaba hambriento y cansado y seguí caminando. La gente me hablaba, pero nadie se daba cuenta de que yo no tenía que estar allí. 

Lamentablemente no recuerdo la parte final del sueño.