miércoles, 4 de enero de 2012

Sueño 04/01/2012 "La chica etérea"

Ha sido curioso. Cuando me he despertado no recordaba nada del sueño, y ahora, estaba leyendo tranquilamente una novela y me ha venido el sueño casi completo a la cabeza. El sueño transcurre en dos lugares aparentemente distintos pero en esencia igual. 

Primero estaba en una especie de torreón, en cuyo suelo había un gran agujero y una escalera en espiral profundísima. Bajé por allí con mas personas, creo que una de ellas era mi hermana. Al final de la escalera había una amplia zona de piedra y si entrabas por una puerta se podía apreciar que había un grandísimo apartamento, muy oscuro y muy bien decorado, pero con una atmósfera un tanto extraña y que en absoluto proporcionaba confianza y seguridad. Nos fuimos de allí corriendo porque algo nos aterraba, no se exactamente el qué. 

Mas tarde volví a bajar yo solo, pero ahora me llevé la sorpresa de que nada era lo mismo de antes. Ahora había cristaleras, mostradores y gente por todos lados. Incluso se podían alquilar patines y montar en un tren pequeño. A pesar de todo, se respiraba todavía ese ambiente misterioso y algo aterrador. Me fui de la sala en la que estaba la gente y recorriendo pasillos y galerías vi una sombra blanca que estaba alrededor mío pasando de sala en sala. Comencé a correr y salí a un amplio patio; había muchas plantas, un jardín, muchas puertas (bastante viejas) alrededor del patio y en el centro un gran toldo. Cuando estaba en el patio aquella sombra salió: era una mujer muy alta, con el pelo ondulado muy largo, un poco delgada y con un vestido blanco largo. Se movía rápidamente, casi levitando alrededor mío. Se acercó y comenzó a hablarme.Me dijo que normalmente se asustaban de ella, aunque a mi me causaba confianza, y que tuviese cuidado porque había otros como ella que no eran benignos. Me habló también acerca del infierno y dijo que la mayoría de nosotros no íbamos allí, que solamente conoció a 40 personas que fueron al infierno y que las verdaderas razones no fueron por los 7 mandamientos, sino por traiciones, sobre todo amorosas. Yo comencé a pensar en si había cometido alguna y bien, no había hecho ninguna así que me quedé tranquilo porque sabía que no iba a ir al infierno. Seguimos hablando mucho mas hasta que se metió por el hueco de una puerta y no la volví a ver. En ese mismo momento se hizo todo un poco mas oscuro y me dio miedo, así que salí del patio corriendo y llegué a "la recepción" por la que había entrado.