jueves, 28 de abril de 2016

Sueño 28/04/2016 "paracaidas y cascada"

En el sueño aparecía mi padre varias veces, siempre me hablaba y me guiaba acerca de lo que tenía que hacer o no. 

Primeramente él se tiraba en paracaidas por un pueblo o ciudad en ruinas. Había muchos colores y muchos paracaidistas. Yo al principio no me atrevía a tirarme, pero al ver cómo lo hacían al final lo hice. Después mi padre me aconsejó que fuese a ver un pueblo.

Llegué en coche a una zona campestre, después tuve que continuar por un camino de tierra a pie y, en medio del camino, encontré un rio con una fuerte corriente pero sin demasiada profundidad. Al otro lado del camino había una cascada en la que no se veía el fondo. Atravesando el río y siguiendo la dirección de la carretera había una fina cuerda de un lado a otro. No me atrevía a pasar, pero al final, con mucho esfuerzo y mucho dolor de rodilla atravesé el río y llegué a una bajada pedregosa que llegaba a un lago, estanque o pantano. También había una gruta con piedras preciosas o algo así.

Después de lo del río volví con mi padre y le comenté que había ido donde me dijo, y me preguntó que cómo hice con lo del río. Simplemente le contesté que fue porque le eché un par.

miércoles, 13 de abril de 2016

Sueño 13/04/2016 "Gatito Negro"

No recuerdo demasiado del sueño, pero sí lo que creo que es más representativo. 

Iba con varios amigos a una casa grande de un pueblo con varios pisos. Allí iba a haber una especie de batalla ficticia contra otro grupo de gente, entre los que estaba V. Mientras nos desplazábamos en coche por un túnel largo y muy curvo el grupo rival iba a caballo. 

Después del desplazamiento al pueblo nos metimos en la casa en la que dormiríamos. Era grande, de varios pisos. Y en el sótano se escuchaban ruidos. Bajé yo solo y vi algo negro y pequeño que se movía cerca de los rodapiés a bastante velocidad. Afiné la vista y resultaba ser un gatito muy pequeño pero aparentemente desarrollado para defenderse ya que era muy rápido. 

Me intenté acercar al animal, pero ví que estaba huyendo. Le perseguía un zorro y otro animal más grande, no se si un perro o un gato más grande. Los espanté y fui al lugar donde se escondió el pequeño gato, que eran muebles y colchones apilados en un rincón. 

Cuando intenté cogerlo se mostraba muy agresivo y, a pesar de tener claras muestras de desnutrición, se defendía fuertemente cuando acercaba mis manos. Encontré unas mantas azules de algodón y enrollé al animal en ellas. Al inicio se resisitó, pero le acariciaba y tras tres intentos de escaparse se sometió. Pensé que tendría hambre y sed, en el sueño yo sabía que llevaba tres días sin llevarse nada a la boca, así que le di de comer y un biberón con leche. A partir de entonces el gato nunca se separó de mí.