domingo, 3 de septiembre de 2017

Sueño 03/09/2017 "La piscina helada"

Estaba con un grupo de amigos en la montaña. Allí había un enorme lago con agua helada, lo que podría haber sido un antiguo glaciar. Entre bromas y ganas de aventura nos pusimos unos trajres de neopreno  y comenzamos a nadar en ese agua. 

Eran aguas profundas y oscuras, no se veía el fondo. Mientras dábamos vueltas, una antigua compañera de carrera M. buceó un poco y agarró algo que estaba bajo la superficie. Cuanto más se acercaba con lo que había agarrado más se veía que era algo blanquecino; hasta que se definió que era el cadaver de una mujer. 

Salimos del agua a avisar a la policía. Pero yo, en vez de salir por la orilla, subí por un acantilado. Estaba mirando el lago como a una altura de 50m. Allí encontré a una chica morena en cunclillas mirando de forma traviesa el lago, sin inmutarse. Me dio mucha impresión esa altura y mientras buscaba un asidero caí sin poder agarrarme a nada. Mientras caía mi única preocupación era no caer cerca del acantilado para no golpearme con las rocas... en cuanto toqué el agua todo se volvió negro y desperté. 

Sueño 01/09/2017 "Discusión con mi hermana"

No he escrito en mucho tiempo porque haya dejado esto, sino porque no he soñado. Quizás por una situación de intranquilidad interna. Pero ahora, de repente, he comenzado a soñar todas las noches. 

Hace una semana soñé que tenía reunión en mi casa el pueblo con mis futuros compañeros de trabajo. Había un ambiente de tranquilidad y confianza mutuo. Era de noche y mi casa estaba abarrotada de invitados. De este sueño no recuerdo demasiado, pero quería dejar sólo un poco de constancia.

Ahora si, el sueño del día 1. 

Estaba con mi familia en el pueblo, en una de las calles cercanas a la iglesia de Sta. María, las Nieves. Estábamos todos en una casa preparando un evento con basante magnitud. Estando allí me ofrecía para hacer algo o ayudar, pero me comentaba mi familia que lo mejor que podía hacer era ir a la iglesia y esperar allí sentado, ya que estábamos demasiados en la casa y así casi estorbaba más. 

Estuve sentado en la iglesia varias horas con alguien más, cuando, de repente, entró mi hermana en la iglesia y comenzó a reñir por no haber vuelto a la casa a ayudar con los preparativos finales. Yo contestaba que estaba esperando allí por no estorbar, pero la discusión empezó a escalar en intensidad.

Yo, con lágrimas en los ojos de rabia, no podía alzar más la voz y casi no me salía. No era capaz de explicar o expresar que estaba esperando a que me pidiesen ayuda.