miércoles, 4 de febrero de 2015

Sueño 04/02/2015 "Nuevo Voluntario"

Era un sueño breve, pero cargado de sensaciones. 

Estábamos en nuestra casa italiana todos los compañeros. Llamaron a la puerta y entró un nuevo compañero, era el nuevo voluntario que nos reemplazaría en los próximos meses en nuestro trabajo. Su apariencia era: pelo corto y negro, con gafas, un poco gordo, vestía bien, era extrovertido y entrometido, afeitado. Lo primero que dijo era que había llegado en coche, porque aquí no había buena comunicación y lo sabía.

Sin decir nada empezó a curiosear por toda la casa y a dejar todas sus cosas por el medio del salón, a contar lo bueno que era y las vivencias increíbles que había tenido.

Sueño 03/02/2015 "Cascada"

Estaba en algún sitio de Italia con varios amigos, aunque sólo recuerdo a mi amigo B. 

El lugar era una especie de isla, bastante pequeña, y el principal atractivo de éste lugar eran los numerosos acantilados y ríos que iban a parar al mar. Nosotros estábamos allí para ver ésto. 

Compramos unos billetes para bañarnos en el mar o ríos, no recuerdo muy bien, y nos dispusimos a andar para llegar a un lugar concreto... yo aún no sabía dónde era exactamente. 

En medio de la caminata íbamos viendo los hermosos paisajes entre acantilados y mar, cruzando senderos de tierra. Especialmente me llamó la atención una piscina que había en el borde de un acantilado, una piscina construida por el hombre. Era muy grande, con agua muy clara y por sus bordes rebosaba agua que caía directamente al mar, el cual estaba unos treinta metros por debajo. Me quedé sorprendido y mi amigo dijo que el lugar al que nosotros íbamos era como esta piscina pero natural, y que lo normal era tirarse desde allí hacia el mar. Yo me asusté y dije que no podría hacer ésto, que me dan bastante miedo las alturas. 

Continuamos nuestro camino y llegamos a un río con una fuerte corriente. Nos metimos y nos dejamos arrastrar; B. me dijo que me relajase y me dejase llevar por la corriente, que todavía faltaba tiempo para llegar al mar. En este momento, el río giró bruscamente en un meandro y lo único que ví fue una caida libre de más de treinta metros, contra la que no pude hacer nada, sólo esperar y sentir cómo mi cuerpo se iba acercando a gran velocidad al mar y llegar a salvo entre las rocas.