Estaba con un grupo de amigos en la montaña. Allí había un enorme lago con agua helada, lo que podría haber sido un antiguo glaciar. Entre bromas y ganas de aventura nos pusimos unos trajres de neopreno y comenzamos a nadar en ese agua.
Eran aguas profundas y oscuras, no se veía el fondo. Mientras dábamos vueltas, una antigua compañera de carrera M. buceó un poco y agarró algo que estaba bajo la superficie. Cuanto más se acercaba con lo que había agarrado más se veía que era algo blanquecino; hasta que se definió que era el cadaver de una mujer.
Salimos del agua a avisar a la policía. Pero yo, en vez de salir por la orilla, subí por un acantilado. Estaba mirando el lago como a una altura de 50m. Allí encontré a una chica morena en cunclillas mirando de forma traviesa el lago, sin inmutarse. Me dio mucha impresión esa altura y mientras buscaba un asidero caí sin poder agarrarme a nada. Mientras caía mi única preocupación era no caer cerca del acantilado para no golpearme con las rocas... en cuanto toqué el agua todo se volvió negro y desperté.